viernes, 1 de septiembre de 2017



Hola Amigos.

Aquí estoy de nuevo con ustedes para traerles material relativo a la consecución del éxito, en la búsqueda de nuestra realización personal y bienestar.

Quiero compartir al final de este artículo unos cuantos párrafos del libro de Joseph Murphy “El miedo y Las Preocupaciones”.  Me llamó mucho la atención el título y lo adquirí sin dilación, porque en el camino del emprendedor siempre habrá altibajos que tendrá que sortear, es ahí donde este tipo de lectura viene en su rescate.

Recomiendo ampliamente este libro, su contenido práctico con un enfoque espiritual hace que sea una panacea para vencer el miedo y la preocupación crónica de la que a veces, y sin ningún fundamento, somos presa. Pero antes de entrar de lleno con el extracto que he sacado de este maravilloso libro, vamos a ejemplificar con una breve historia los peligros a los que estamos expuestos a causa de las preocupaciones excesivas.

Comencemos…



¡Su Mente Casi lo Mata!



Hace un mes aproximadamente un amigo muy cercano sufrió dos ataques cardíacos simultáneos.  Los médicos le dijeron que, dada la gravedad de su caso particular, era un milagro que aún se encontrara entre nosotros. 

Cuando le pregunté cuál había sido el diagnóstico en cuanto a la causa de esa peligrosa condición, me dijo que no se encontró evidencia contundente que respalde algún desorden   físico, pues todos sus niveles en cuanto a triglicéridos, colesterol, etc., se encontraban dentro de los parámetros normales.  

¿Entonces cuál crees que ha sido la causa? Le pregunté, de inmediato me confesó que los últimos meses había estado trabajando demasiado, excediendo así sus límites.  Esto aunado a problemas familiares y circunstancias negativas en el desempeño de sus negocios elevó sus niveles de estrés al punto de casi provocarle la muerte; un precio demasiado alto que no deberíamos estar dispuestos a pagar.

Mi amigo dice que ahora se lo va tomar todo con más calma, que ya no se excederá en la cantidad de horas de trabajo que dedica a sus negocios; “pensé que podía trabajar sin descanso”, me dijo, ¡como una máquina!, ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba.

Esta historia se repite todos los días en el ajetreado mundo en  que vivimos, donde hemos perdido el norte con respecto  a lo que realmente es importante.  Descuidamos nuestra salud por adquirir cosas materiales y, cuando por fin las tenemos, surge la necesidad de dejarlas atrás para recuperar la salud que perdimos como consecuencia del enorme sacrificio realizado para conseguirlas ¿un tanto contradictorio e irónico no? 

Lo anterior es solo una muestra del daño que podemos causarnos a nosotros mismos si no estamos en control de los niveles de ansiedad que provocan las preocupaciones.  Mi amigo ahora lo comprende y espero en Dios que tenga el tiempo suficiente para replantear su vida y sus pensamientos dominantes, y así poder recuperar su salud por completo.


Superar las
Preocupaciones

                                                      


(Un extracto del libro: “Maximice su Potencial Mediante el Poder de su Mente Subconsciente para Superar El miedo y las preocupaciones”, de Joseph Murphy)    

Las preocupaciones prolongadas restan vitalidad, entusiasmo y energía y le dejan malparado a nivel físico y mental.  Los curanderos señalan que las preocupaciones crónicas son una causa subyacente de numerosas enfermedades como el asma, las alergias, los problemas cardíacos, la hipertensión y muchos otros trastornos demasiado numerosos como para mencionarlos.

La mente preocupada se encuentra confusa y dividida y piensa, sin rumbo fijo, muchas cosas que no son verdad.  La preocupación, en realidad, se debe a la indolencia, la pereza, la apatía y la indiferencia, ya que, cuando se despierta, no tiene que pensar en este tipo de pensamientos.  Puede pensar en la armonía, la paz, la belleza, el comportamiento correcto, el amor y la comprensión.  Puede reemplazar el pensamiento negativo por uno constructivo.

Su problema está en su mente.  Usted desea algo, cuya consecución podría resolver su problema; pero cuando se fija en las condiciones y las circunstancias tal y como son, acude un pensamiento negativo a la mente y su deseo está en conflicto con su miedo.  Su preocupación es la aceptación, por parte de su mente, de las condiciones negativas. 

Dese cuenta de que su deseo es el don de Dios.  Dios es el espíritu Vivo que hay en su interior.  Le está diciendo que ascienda a mayor altura en la vida.  También que no existe ningún poder que pueda retar a Dios, el Espíritu Vivo que hay en su interior.  Solo hay un poder (no dos, ni tres, ni cuatro).  Ese poder se mueve en forma de una unidad, de armonía y de paz: en él no hay divisiones ni trifulcas.

Cuando las preocupaciones acudan a su mente, recuérdese a sí mismo que la Inteligencia Infinita está haciendo que su deseo, su ideal, su plan o su propósito pasen al orden Divino.  Eso es reemplazar el pensamiento negativo.  Siga con esa actitud mental y saldrá el sol y se desvanecerán las sombras.

Después de una de mis conferencias, uno de los asistentes me pidió consejo.  Había estado preocupado por su salud, pero después de una revisión médica completa, su médico le había dicho que, físicamente, no tenía nada malo, pero que estaba sufriendo ansiedad y neurosis.  Neurosis es una palabra refinada para definir la preocupación constante.  Y la palabra preocupación, cuando se traduce su raíz original, significa “estrangular, ahogar”, que era lo que ese hombre se estaba haciendo a sí mismo.

Me dijo que estaba constantemente preocupado por el dinero, su negocio y el futuro.  Su visión del éxito y la prosperidad estaba desbaratada por su preocupación crónica, que consumía su energía.  Siempre se sentía cansado y deprimido.

Le sugerí unas sesiones tranquilas consigo mismo tres o cuatro veces al día y que manifestara solemnemente que el Todo poderoso le había proporcionado inspiración y esperanza y que todo lo que necesitaba era sintonizar con el Infinito y permitir que la armonía, la paz y el amor del Infinito se desplazaran a través de él…Le dije que se afirmara a sí mismo:

Dios, o la Sabiduría Suprema, me dio este deseo.  El Poder Todopoderoso está dentro de mí y me permite ser, hacer y tener.  Esta Sabiduría y este Poder del Todopoderoso me respaldan y me permiten llevar a cabo mis objetivos.  Pienso en la Sabiduría y en el Poder del Todopoderoso regular y sistemáticamente.  Y ya no pienso en los obstáculos, las demoras, los impedimentos y el fracaso.  Sé que pensar constantemente de esta manera aumenta mi fe y mi confianza e incremente mi fuerza y mi aplomo, ya que Dios no nos ha dado el espíritu del miedo, sino el del poder, el del amor y el de una mente sana.

 Un tiempo después, me escribió diciéndome que seguía haciendo esto regular y sistemáticamente.  Estas verdades penetraron en su mente consciente y el cerebro envió estas vibraciones curativas a todo su organismo.  Pasaron a su mente subconsciente y, al igual que una penicilina espiritual, destruyeron las bacterias de las preocupaciones, el miedo, la ansiedad y todos esos pensamientos negativos.

Al cabo de un mes, alcanzó esa conciencia de la fuerza, el poder y la inteligencia que fueron implantados por lo Divino en el momento de su nacimiento.  Venció a sus preocupaciones al tomar parte en la medicina espiritual de la sabiduría Suprema y de la Inteligencia Infinita encerrada en las profundidades del subconsciente.


Nos vemos en la próxima entrada…