Hola Amigos.
Aquí estoy de nuevo con ustedes para
traerles material relativo a la consecución del éxito, en la búsqueda de
nuestra realización personal y bienestar.
Quiero compartir al final de este
artículo unos cuantos párrafos del libro de Joseph Murphy “El miedo y Las
Preocupaciones”. Me llamó mucho la
atención el título y lo adquirí sin dilación, porque en el camino del
emprendedor siempre habrá altibajos que tendrá que sortear, es ahí donde este
tipo de lectura viene en su rescate.
Recomiendo ampliamente este libro, su
contenido práctico con un enfoque espiritual hace que sea una panacea para vencer
el miedo y la preocupación crónica de la que a veces, y sin ningún fundamento,
somos presa. Pero antes de entrar de lleno con el extracto que he sacado de
este maravilloso libro, vamos a ejemplificar con una breve historia los
peligros a los que estamos expuestos a causa de las preocupaciones excesivas.
Comencemos…
¡Su Mente Casi lo Mata!
Hace un mes aproximadamente
un amigo muy cercano sufrió dos ataques cardíacos simultáneos. Los médicos le dijeron que, dada la gravedad
de su caso particular, era un milagro que aún se encontrara entre nosotros.
Cuando le
pregunté cuál había sido el diagnóstico en cuanto a la causa de esa peligrosa condición,
me dijo que no se encontró evidencia contundente que respalde algún desorden físico,
pues todos sus niveles en cuanto a triglicéridos, colesterol, etc., se
encontraban dentro de los parámetros normales.
¿Entonces cuál
crees que ha sido la causa? Le pregunté, de inmediato me confesó que los últimos
meses había estado trabajando demasiado, excediendo así sus límites. Esto aunado a problemas familiares y circunstancias
negativas en el desempeño de sus negocios elevó sus niveles de estrés al punto
de casi provocarle la muerte; un precio demasiado alto que no deberíamos estar
dispuestos a pagar.
Mi amigo dice
que ahora se lo va tomar todo con más calma, que ya no se excederá en la
cantidad de horas de trabajo que dedica a sus negocios; “pensé que podía trabajar sin descanso”, me dijo, ¡como una máquina!, ahora me doy cuenta
de lo equivocado que estaba.
Esta historia
se repite todos los días en el ajetreado mundo en que vivimos, donde hemos perdido el norte con
respecto a lo que realmente es importante. Descuidamos nuestra salud por adquirir cosas materiales y, cuando por
fin las tenemos, surge la necesidad de dejarlas atrás para recuperar la salud
que perdimos como consecuencia del enorme sacrificio realizado para conseguirlas
¿un tanto contradictorio e irónico no?
Lo anterior es
solo una muestra del daño que podemos causarnos a nosotros mismos si no estamos
en control de los niveles de ansiedad que provocan las preocupaciones. Mi amigo ahora lo comprende y espero en Dios
que tenga el tiempo suficiente para replantear su vida y sus pensamientos
dominantes, y así poder recuperar su salud por completo.
Superar las
Preocupaciones
(Un extracto del libro: “Maximice su Potencial Mediante el Poder de su Mente Subconsciente para Superar El miedo y las preocupaciones”, de Joseph Murphy)
Las preocupaciones prolongadas restan vitalidad, entusiasmo
y energía y le dejan malparado a nivel físico y mental. Los curanderos señalan que las preocupaciones
crónicas son una causa subyacente de numerosas enfermedades como el asma, las
alergias, los problemas cardíacos, la hipertensión y muchos otros trastornos
demasiado numerosos como para mencionarlos.
La mente preocupada se encuentra confusa y dividida y
piensa, sin rumbo fijo, muchas cosas que no son verdad. La preocupación, en realidad, se debe a la
indolencia, la pereza, la apatía y la indiferencia, ya que, cuando se
despierta, no tiene que pensar en este tipo de pensamientos. Puede pensar en la armonía, la paz, la
belleza, el comportamiento correcto, el amor y la comprensión. Puede reemplazar el pensamiento negativo por
uno constructivo.
Su problema está en su mente. Usted desea algo, cuya consecución podría
resolver su problema; pero cuando se fija en las condiciones y las
circunstancias tal y como son, acude un pensamiento negativo a la mente y su
deseo está en conflicto con su miedo. Su
preocupación es la aceptación, por parte de su mente, de las condiciones
negativas.
Dese cuenta de que su deseo es el don de Dios. Dios es el espíritu Vivo que hay en su
interior. Le está diciendo que ascienda
a mayor altura en la vida. También que
no existe ningún poder que pueda retar a Dios, el Espíritu Vivo que hay en su
interior. Solo hay un poder (no dos, ni
tres, ni cuatro). Ese poder se mueve en
forma de una unidad, de armonía y de paz: en él no hay divisiones ni trifulcas.
Cuando las preocupaciones acudan a su mente, recuérdese a
sí mismo que la Inteligencia Infinita está haciendo que su deseo, su ideal, su
plan o su propósito pasen al orden Divino.
Eso es reemplazar el pensamiento negativo. Siga con esa actitud mental y saldrá el sol y
se desvanecerán las sombras.
Después de una de mis conferencias, uno de los asistentes
me pidió consejo. Había estado
preocupado por su salud, pero después de una revisión médica completa, su
médico le había dicho que, físicamente, no tenía nada malo, pero que estaba
sufriendo ansiedad y neurosis. Neurosis
es una palabra refinada para definir la preocupación constante. Y la palabra preocupación, cuando se traduce su raíz original, significa “estrangular, ahogar”, que era lo que
ese hombre se estaba haciendo a sí mismo.
Me dijo que estaba constantemente preocupado por el dinero,
su negocio y el futuro. Su visión del
éxito y la prosperidad estaba desbaratada por su preocupación crónica, que
consumía su energía. Siempre se sentía
cansado y deprimido.
Le sugerí unas sesiones tranquilas consigo mismo tres o
cuatro veces al día y que manifestara solemnemente que el Todo poderoso le
había proporcionado inspiración y esperanza y que todo lo que necesitaba era
sintonizar con el Infinito y permitir que la armonía, la paz y el amor del
Infinito se desplazaran a través de él…Le dije que se afirmara a sí mismo:
Dios, o la Sabiduría
Suprema, me dio este deseo. El Poder Todopoderoso
está dentro de mí y me permite ser, hacer y tener. Esta Sabiduría y este Poder del Todopoderoso
me respaldan y me permiten llevar a cabo mis objetivos. Pienso en la Sabiduría y en el Poder del
Todopoderoso regular y sistemáticamente.
Y ya no pienso en los obstáculos, las demoras, los impedimentos y el
fracaso. Sé que pensar constantemente de
esta manera aumenta mi fe y mi confianza e incremente mi fuerza y mi aplomo, ya
que Dios no nos ha dado el espíritu del miedo, sino el del poder, el del amor y
el de una mente sana.
Un tiempo después, me escribió diciéndome que
seguía haciendo esto regular y sistemáticamente. Estas verdades penetraron en su mente
consciente y el cerebro envió estas vibraciones curativas a todo su
organismo. Pasaron a su mente
subconsciente y, al igual que una penicilina espiritual, destruyeron las bacterias
de las preocupaciones, el miedo, la ansiedad y todos esos pensamientos
negativos.
Al cabo de un mes, alcanzó esa
conciencia de la fuerza, el poder y la inteligencia que fueron implantados por
lo Divino en el momento de su nacimiento.
Venció a sus preocupaciones al tomar parte en la medicina espiritual de
la sabiduría Suprema y de la Inteligencia Infinita encerrada en las profundidades
del subconsciente.
Nos vemos en la próxima
entrada…