martes, 20 de diciembre de 2016



Si quieres atraer abundancia debes aprender a tratar con la loca de la casa


Santa Teresa de Jesús, nacida en España, en el año 1,515 (Leer más), usaba el término “la loca de la casa” para referirse a ese discurso interminable de nuestros pensamientosEs la voz que susurra palabras de desconfianza, que nos lleva al pasado en un momento y nos devuelve al presente en otro, que nos impide pensar con claridad y actuar de manera acertada.  Ella lo comparaba con el ruido constante que hacía cierta pieza de madera en los molinos antiguos, cuya única función era sólo la de alertar que éstos se encontraban funcionando. Proponía que es mejor dejar hablar a esa loca sin prestarle atención, porque nadie en su sano juicio haría caso a los consejos de una “loca”; en ningún momento nos estamos refiriendo al pensamiento creador y que motiva a la acción, sino al tipo de pensamiento negativo que reprime y debilita al individuo.

Aunque Santa Teresa era una monja consagrada al servicio de Dios y sus enseñanzas se desarrollaron en ámbito religioso, me pareció muy conveniente incluir la frase “la loca de la casa”, como una introducción al tema que pretendo abordar en esta entrega. La considero una expresión muy conveniente para definir todo ese murmullo negativo que resuena en nuestra mente y que, si se lo permitimos, puede llegar a apoderarse de nuestra voluntad sin siquiera darnos cuenta.

Lávate la mente de manera constante si quieres atraer riqueza

Como parte importante de nuestra higiene personal, nuestros padres nos enseñaron de niños a lavarnos los dientes a diario.  Si no cumplíamos con dicho mandato los regaños no se hacían esperar: ¡si no quieres visitar al dentista lávate los dientes después de cada comida! nos decían, evocando imágenes de agujas y taladros amenazantes que penetrarían nuestra boca causándonos cualquier tipo de dolor imaginable. 

Con el paso de los años esta actividad llegaría a convertirse en un hábito muy beneficioso, que nos ha valido para mantener una adecuada salud dental y así evitarnos mucho dolor.  Pero, ¿qué pasa con nuestra “higiene mental”? ¿Nos enseñaron el hábito de lavarnos la mente de manera constante? o ¿acaso nos estamos descuidando en este sentido? 


¡Cuidado! nuestra higiene mental
Podría estar amenazada 


Si nos dejamos embeber por cualquier tipo de pensamiento o emoción negativa y, lo más preocupante, que esté ocurriendo sin que tengamos plena conciencia de ello, estaremos en serios aprietos.   Es el caso de muchas personas que llegan a la edad adulta y nunca caen en cuenta que solo se están dejado llevar por la corriente, sin aplicar ningún tipo de control. Son como barcos a la deriva que tarde o temprano terminarán en un aparatoso accidente, o pasarán a ser simples espectadores en el juego de la vida sin honor ni gloria.

Ser conscientes de nuestros pensamientos y de las influencias externas que actúan en ellos es un gran paso en la conquista del dominio propio, por eso debemos siempre “estar atentos” a lo que entra del exterior y decidir si lo asimilamos o lo desechamos en función de lo que queremos lograr en nuestras vidas.

Aprender a limpiar nuestra mente, lo que yo llamo primero limpiar la casa, es desechar de manera consciente todos aquellos hábitos de pensamiento limitantes, tales como: odio, rencor, miedo, egoísmo, avaricia, conformismo, entre otros. Este tipo de pensamientos calificados como “negativos” son los enemigos acérrimos de cualquier soñador y deberá luchar de forma constante para eliminarlos de su diccionario mental, porque son como veneno que contamina todo lo que toca. 

Todo aquello que nos impida pensar con claridad y actuar en consecuencia debe ser removido, para ser reemplazado por hábitos de pensamiento correcto y enfocado, que nos proporcione el combustible para avanzar a pesar de las dificultades, capaz de transformar la débil autoimagen que tenemos por la de personas de influencia que se valoran a sí mismas y al resto del mundo.

Mi consejo para ti querido lector es que pongas en práctica “el hábito del pensamiento positivo”.   Recuerda que la mente es como un jardín donde igual crecen las flores que la mala hierba, por eso siempre debes estar vigilante y en control.  Cada vez que te sorprendas a ti mismo maquinando fantasías que no te traen ningún beneficio “cambia de canal y sintoniza con cosas buenas”:  Piensa en abundancia, prosperidad, logros personales, viajes a lugares exóticos, relaciones personales enriquecedoras etc., y con el tiempo verás como tus deseos poco a poco se irán materializando. 

“Tu mundo exterior es un fiel reflejo de tu mundo interior". Comprende que tu realidad está fabricada hasta cierto punto por ti.  Depende de ti...


Aprovecho para desearte ¡Feliz Navidad y un Venturoso Año Nuevo! Que el Todopoderoso derrame muchas bendiciones en tu hogar y que la paz abunde en sus corazones.



Nos vemos pronto…

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