INTRODUCCIÓN
Queridos seguidores de este blog
de emprendimiento y autoayuda, agradezco infinitamente su amable preferencia. Nuevamente les doy la más cordial de las
bienvenidas.
En la entrada anterior dimos
inicio a lo que podríamos definir como un
curso rápido, cuya finalidad es ayudarnos en la correcta formulación y
definición de metas personales.
Antes de entrar de lleno a
nuestro tema de hoy te invito a que tomes papel y lápiz. Es importante que primero hagas tu propio
listado de “cosas que quiero mejorar/alcanzar en mi vida” subdividiéndolas en
categorías, siguiendo las recomendaciones contenidas en la entrada anterior;
para fines prácticos es aconsejable que tu listado no exceda de cinco cosas,
pues te será muy difícil cumplir demasiadas metas al mismo tiempo.
Puedes utilizar el listado
de categorías que dejé como ejemplo si así lo deseas. Lo importante es que juntos vayamos dando
forma a tu propio listado de metas
personales y hagamos que se conviertan en “enunciados poderosos para alcanzar”.
Comencemos…
¡Clara, Enfocada en los resultados,
Medible, Observable, y
Alcanzable!
En camino hacia el logro de mis metas |
Estos son los atributos indispensables
que debería contener cualquier definición de meta, de lo contrario no estaría
bien redactada y carecería de sustancia.
Con estos atributos en mente
podemos guiarnos en el planteamiento de cualquier meta que deseemos alcanzar. Si lo hacemos de la manera correcta desde el
principio ya habremos recorrido una buena parte del camino.
La meta debe ser clara
y por escrito
Si tu meta es clara y por escrito vas por buen camino. |
La meta debe ser directa, sencilla
de interpretar y dirigida a corregir una situación con la que estamos
insatisfechos en el presente, dejando por escrito cómo se pretende llegar a los
resultados deseados.
No te imaginas la
importancia que tiene escribir tus metas en papel. El efecto psicológico es enorme y es más
efectivo si las escribes a mano, “de tu puño y letra”.
Al hacerlo todo por escrito
tu mente se sentirá más comprometida, pues asume que lo que pretendes lograr es
en realidad muy importante para ti, entonces hará su mejor esfuerzo para
ayudarte.
Escribir nuestras metas evita
que las perdamos de vista, ya que están ahí todo el tiempo para su consulta a
manera de retroalimentación.
La primera categoría que
aparece en el listado que hicimos en la entrada anterior es “Salud”. La utilizaremos como ejemplo en el ejercicio
que sigue a continuación.
Salud
Quiero adelgazar,
Dejar de beber/fumar
Podemos ver que la oración “Quiero
adelgazar” no nos dice mucho. Ni
siquiera nos motiva a la acción. Simplemente
es una oración planteada vagamente, sin sustancia; iremos mejorándola poco a
poco conforme avanzamos en lo ejemplos.
Lo correcto es siempre iniciar la oración con un
verbo, algo que nos mueva a la acción. Por ejemplo, sería mejor si
iniciamos la oración de la manera siguiente:
“Voy
a adelgazar…”
Si te fijas en la oración anterior
ya se incluye un verbo más poderoso en su inicio: “Voy”; desde el principio estamos dejando bien claro quién es la
persona que debe llevar a cabo la acción (en este caso “yo”), lo que hace que
me sienta más comprometido con “mi meta” desde
el principio.
Enfocada en los
resultados
Una meta para que realmente
lo sea debe estar orientada a los resultados.
Si tu meta apunta al logro de reslutados ¡Felicidades! |
En el caso del enunciado
“Voy a adelgazar” lo primero que necesito es saber cuántas libras debo perder
para estar delgado, porque tengo que ser muy específico en los resultados que
pretendo alcanzar; en este caso debería investigar primero cuál sería mi peso
ideal consultándolo con el médico o con la tabla respectiva.
Para este ejercicio vamos a
suponer que tengo 20 libras de sobre peso, por lo tanto debo bajar 20 libras
para estar en mi peso ideal.
La manera correcta para
redactar esta meta quedaría de la siguiente manera:
“Voy a Perder 20 libras de Peso…”
Como puedes ver nuestra meta
va tomando forma poco a poco. En este
punto ya hemos dejado muy claro el resultado que pretendemos alcanzar: “Perder
20 libras de peso”.
La meta debe ser medible y observable
Ninguna meta estará completa si no se define un plazo prudente para
alcanzarla, de lo contrario corremos el riesgo de posponerla demasiado; puede ser que se nos pierda de vista y la olvidemos por completo si no definimos
un plazo. Dependiendo de la naturaleza
de nuestra meta puede que nos tome días, semanas, meses, o un par de años el
alcanzarla.
Continúa en la siguiente entrada…
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