Hola.
Hoy hablaremos del Arte de la Persuasión. Adentrémonos
en este artículo y analicemos con detalle de qué se trata eso de ser persuasivo,
cómo lo podemos utilizar en nuestro beneficio, pero sin aprovecharnos de la
buena voluntad de los demás.
¿Persuasión = Manipulación?
Manipular es entonces…
De
ningún modo pretendo confundir al lector con éste título. No quiero dar a
entender que la manipulación es siempre algo negativo, aunque existen personas con
gran poder de convencimiento que hacen mal uso de ésta para sus propios fines.
Por
ejemplo, la manipulación psicológica es utilizada en beneficio del paciente. A través de utilizar ciertas técnicas de
reprogramación de la mente te pueden ayudar a sanar de algún trauma, salir de
algún estado depresivo, o sencillamente
para hacerte entrar en razón cuando estás errado y/o tienes un comportamiento autodestructivo.
Tú también
manipulas tu mente cuando te repites frases, utilizas imágenes, escuchas
audios, para darte ánimo ante las dificultades o para cambiar tu sistema actual
de creencias por otras más beneficiosas.
Por otra
parte, está el manipulador mal intencionado que con sus argumentos pretende
nublar el buen juicio de la persona y su capacidad de análisis con tal de
lograr su cometido. A éste no le
interesan los demás, únicamente está centrado en su propio beneficio en
detrimento de quien sea.
Lo
anterior riñe por completo con la moral y con lo que Dios nos manda. Las personas
que utilizan la manipulación de esta manera estarán destinadas al fracaso. “Recuerda que la mala fama
corre como la pólvora y, tarde o temprano, tu forma de actuar te pasará la
factura”.
Por
ejemplo, los medios noticiosos también hacen uso de la manipulación de manera negativa. A veces nos entregan información sesgada para
beneficiar su rating (o para servir a
intereses oscuros), valiéndose de su posición de poder como medios de
comunicación acreditados. Esto es muy
reprochable y es una bajeza, poniendo en entre dicho la confianza y la credibilidad depositada en
ellos por parte de su público.
¿Y Cómo me convierto en un buen persuasor?
Persuadir "es convencer a la otra parte" exponiendo de manera franca y con argumentos
reales los beneficios que se tendrían al elegir nuestra propuesta, o seguir
nuestro consejo. Mis intenciones deben
ser en todo momento transparentes y orientadas al beneficio mutuo si quiero
ser correcto en mi proceder y establecer relaciones duraderas con los demás.
En el
famoso audio libro de “El Arte de La Persuasión”, Jim Rohn se refiera a la persuasión como una
técnica de convencimiento que utilizan las personas sofisticadas para hacer
valer sus argumentos, sin necesidad de llegar a la exageración.
Todo lo que muestro a continuación está
basado en lo que presenta ese gran audio libro, el cual recomiendo ampliamente.
Diferencia entre presentación y
persuasión
Jim Rohn resalta la diferencia entre presentación
y persuasión con relación a las ventas, aduciendo que la presentación únicamente
consiste en hacer la descripción de lo que estoy ofreciendo, pero que de
ninguna manera dicha presentación será efectiva si no se concreta la venta.
Tú puedes ser una persona muy elocuente y
tener una gran capacidad para mostrar las ventajas de tu producto ante el
público, pero ahí no termina todo.
Habrás sido persuasivo solo si en realidad ocurren cosas luego de tu
presentación. Si la gente está comprando
entonces habrás convencido, de lo contrario no existe ningún mérito en el hecho
de haber realizado una gran presentación; aquí de lo que se trata es de obtener
“resultados”.
Una muy buena técnica de persuasión es la de contar historias
Convertirte en
narrador de tus propias historias es también ser el mejor estudiante de tu
propia vida, lo que complementa tus habilidades de comunicación y aumenta las
probabilidades de obtener el resultado deseado. Se trata de hacer más valioso tu pasado al invertirlo en el futuro.
Conmover con tus propias historias o las
historias de otros es una manera muy efectiva de llegar al corazón de las
personas. Para esto tus historias deben tener
sustancia, y serán más impactantes cuando estén basadas en hechos de la vida
real comprobables.
Utilizar hechos precisos
Tratar con la verdad es algo en lo que debemos
ser muy cuidadosos, porque si utilizamos argumentos falsos para intentar
convencer y somos descubiertos en ese intento, será muy difícil que vuelvan a
creer en nosotros.
La sofisticación es la ausencia total de
exageración. La persona sofisticada no necesita exagerar para convencer con sus
argumentos.
He aquí lo que llamamos exageración: “el intento infantil de
compensar por la falta de autoestima”.
La persona que se siente inadecuada, con mayor
frecuencia tenderá a exagerar para compensar con números lo que le falta en
carácter, lo que le falta en sustancia, o lo que le falta en confianza propia. En este caso “siempre será mejor utilizar una declaración
exageradamente modesta que una declaración exagerada”.
Conclusión del autor del
blog.
Hablar
con la verdad es lo que nos hará exitosos a la hora de tratar de convencer con nuestros argumentos. Ten en cuenta que los demás conectarán más
fácil con personas reales, que digan
las cosas de frente y como son, por ello nunca trates de aparentar lo que no
eres. En estos tiempos solo los niños pequeños
creen en los superhéroes de los comics, por lo demás solo harías el ridículo.
La
mejor historia que tu público querrá escuchar es aquella que hable acerca de
“Gente común haciendo los
esfuerzos más increíbles por alcanzar sus sueños”.
Nos vemos la próxima semana…
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